Historia

Desde 1955 Produciendo la mejor harina por generaciones.

Hace más de medio siglo, don Juan de Dios Fernández Guajardo construyó el majestuoso Molino Liguay en 1955, en la comuna de Longaví, a orillas del río al cual debe su nombre. A lo largo de los años, ha resistido los embates del tiempo, erigiéndose como un símbolo de tenacidad y perseverancia.

El molino, estratégicamente ubicado junto a los puentes de concreto y ferroviario, se conecta con la ciudad de Longaví. Su logotipo corporativo muestra un ave Fénix, evocando su historia, ya que en los convulsos años 70, fue consumido por las llamas debido a cuestiones políticas. Sin embargo, al igual que el Fénix renace de sus cenizas, el molino se levantó nuevamente.

Hoy, Molino Liguay se erige como un testigo vivo de la historia y la resiliencia humana. Su icónica presencia y la historia que encierra lo convierten en un lugar de encuentro, donde se entrelazan el pasado y el presente, recordándonos la importancia de levantarse una y otra vez.

Juan de Dios Fernández Guajardo

Fundador de Molino Liguay en el año 1955 en la Ciudad de Longaví.